Quisiera que mis pinturas se vieran como si un ser humano hubiera pasado por ellas, como un caracol, dejando un rastro de la presencia humana y un trazo de eventos pasados, como el caracol que deja su baba.
Uno de los primeros óleos que llamó la atención del joven Francis Bacon (Irlanda, 1909) en su periplo por el París de 1928 fue La masacre de los inocentes de Nicolás Poussin, más específicamente el grito desgarrador de la madre que está a punto de presenciar la muerte de su bebé. A este rostro desencajado por la desesperación se le uniría otro que Bacon atesoraba celosamente entre las referencias que se encontraban dentro de su caótico taller: El fotograma impreso de la nodriza con el balazo en el ojo de El Acorazo Potemkin (Serguéi Eisenstein, 1925). Esos gritos, la esencia del desgarro expresada en la mueca, obsesionaron a Bacon durante toda su obra, reproduciéndolos hasta la saciedad en una serie magnifica de estudios, retratos y autorretratos.
Hubo un tiempo en que tenía la esperanza […] de hacer el mejor cuadro del grito humano.
Del rostro al cuerpo y del cuerpo al mismo espacio que lo circunda; el tormento convulso de la carne, la unidad indisoluble vida-muerte y la experimentación con su propia psiquis a través de las más extravagantes vivencias autodestructivas (en las que caía movido por su mórbida concepción de lo que es sentirse vivo, así como por una inexplicable sucesión de tragedias amorosas que marcaron su vida y grandes periodos de su obra) fueron para Bacon el principio fundacional de su arte. Teatralidad, Animalidad, Crucifixión, Aislamiento, Cópula, Deterioro, Soledad y Nostalgia, pero por sobretodo Fisicidad son los adjetivos que intentan definir la imaginería pictórica de la obra de este monstruo de la pintura contemporánea.
La técnica es el objeto y el objeto es la técnica. El arte vive en la continua lucha por volverse al lado sensible de los objetos (…) Tu sólo puedes hacer un retrato de la apariencia no de la realidad, pero pienso que la apariencia está profundamente ligada al comportamiento del objeto.