Uno de los más grandes violinistas y compositores contemporáneos es sin duda Alexander Bălănescu (Rumanía 1954). Fundador del Balanescu Quartet desde 1987 este enorme músico ha colaborado con figuras de la talla de Michael Nyman, Jack de Johnette, Hector Zazou, Philip Glass o David Byrne por nombrar unos pocos. Su constante inquietud por reinventar la música rumana y universal lo ha llevado a incursionar en el teatro, la danza e incluso el cine; sus composiciones han formado parte de la obras de Pina Bausch, Merryl Tankard, Johann Ulrich, Guido Chiesa y muchos otros.
Uno de sus proyectos más hermosos es el homenaje que hace a la gran voz de la música popular rumana Maria Tănase. Su álbum Maria T es un trabajo delicadísimo y emocionante en el que consigue ensamblar (mediante la recuperación de viejas grabaciones de la diva rumana) la voz de Tănase con la composición que ejecuta su cuarteto. A raíz de Maria T Balanescu amplia su proyecto y colabora con el videoartista austriaco Klaus Obermaier, con quien llevan haciendo un ciclo de presentaciones (varias tendrán lugar este año en Europa, una de ellas el 9 de julio en el Festival GREC de Barcelona) para promocionar y recuperar la figura de la legendaria Maria Tănase.
Un puente hecho de cuerdas en el tiempo que une a dos grandes artistas bajo un mismo sentimiento: la tragicomedia lírica del alma rumana.

